Somos los abrazos que damos y los que negamos
Somos el signo que hemos trazado y la mano que lo diagrama
Somos la huella y la ausencia que la reclama
¿Eres lo que dices al decirme cómo eres?
Soy un beso robado al tiempo
El fruto contingente del movimiento perfecto en un tiempo denso
Soy los ojos que me robaron el alma cuando me miraron
La música que crean tus manos y tanta calidez en tus labios
Soy el beso perdido en un pliegue de tu almohada
La ocasión perdida cuando me dijiste adiós en aquél parking subterráneo
El atisbo de un futuro y la nostalgia de un instante difuminado
La introspección narcisista de Narciso obnubilado por el olvido y la memoria
El alma de un espectador en pleno naufragio
El tiempo de nuevo congelado y la luz derramándose
Desde tu cuello hasta el cielo
Aquí sentado en una de las aristas de mi deseo
Vuelvo al jazz como un vagabundo sin techo
Recorriendo sin pausa y sin aliento
Esta inconmensurable cama que aumenta exponencialmente
A medida que mi cuerpo sufre la ausencia de tu cuerpo
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