All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


viernes, 5 de abril de 2024

Aforema 911 Cuestión de preposiciones

 

Aforema 911        Cuestión de preposiciones

 

La vía de la contingencia de Tomás de Aquino remite a una clara dicotomía ontológica: la existencia de un Dios necesario frente a la de un mundo (lo creado) contingente. Solo hay un ser que no puede no ser y el resto de lo existente no pasa de ser un mero accidente: aquello que siendo, podría no ser.  Esta dicotomía no sería operativa en el marco de un planteamiento de corte panteísta, por ejemplo, plotiniano –no hay inicio de lo creado sino que este emana del UNO constituyendo la Gran cadena del ser- o spinoziano: “Por Dios entiendo el ser absolutamente infinito, es decir, la sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.” Nada hay fuera de Dios, bien porque emana de Él, bien porque lo contiene en su absoluta infinitud.

Evito incursionar en la teología y me remito a lo más cercano, la vida, lo contingente por antonomasia, aquello de lo que habla la filosofía mundana utilizando dos instrumentos literarios que me son muy gratos: el microrrelato y el aforema. Y lo hago al hilo de una cita extraída de un texto de Javier Gomá (precisamente titulado Filosofía mundana):  

“Hay, por un lado, la contingencia de lo que es de una manera pero podría ser de otra…por otro lado, la de ser pudiendo simplemente ‘no ser’." 

 Dicho de otro modo, está la contingencia de la existencia (o no) de un ser o la contingencia de las condiciones que posibilitan el modo de existencia de un ser.  Centrémonos en la importancia de las preposiciones: existe la contingencia DE la vida humana (el azaroso encuentro de dos células haploides, los gametos masculino y femenino) y la contingencia EN la vida humana (el azaroso concurrir de circunstancias y actos que pueden o no cristalizar en un hecho). Por la primera contingencia, somos o existimos; por la segunda, nos definimos o estamos en tránsito de hacerlo (depende de qué nos interese más en un momento concreto). Por consiguiente, lo necesario se opone a lo contingente y este se nutre de lo azaroso. De ahí que el ideal de todo poder no sea otro que domesticar, colonizar o desarticular el elemento azaroso que enmarca nuestra existencia.

Y termino con Spinoza. El filósofo no contrapone libertad y necesidad, sino, más bien, “lo libre” y “lo necesario”. En el escenario que dibuja el entorno en el que actuamos, 

“Se llamará libre aquella cosa que existe por la sola necesidad de su naturaleza y se determina por sí sola a obrar. Necesaria, en cambio, o más bien coaccionada, aquella que es determinada por otra a existir y a obrar según una razón cierta y determinada.” 

Repárese en el carácter aparentemente paradójico de la definición y reflexione, si así lo desea o el tiempo se lo permite, sobre ello.