All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


jueves, 26 de enero de 2012

La diáspora sefardí y los indios americanos. Una perla más...

"Los indios americanos eran descendientes de judíos" es una idea que se forjó tras el descubrimiento de América y que recoge Luisa Pedrique en su artículo "La diáspora sefardí en el nuevo mundo" cuando cita el libro de Isaac Benarroch Aproximación a una Historia de los Sefarditas en América Latina. 

 El mito del origen judío de los indios se forjó a partir de las siguientes consideraciones:

1. Los descubridores españoles creyeron que Perú era Ophir debido a la cantidad de oro que encontrarón allí.   Se pensó, entonces, que los indios americanos eran descendientes de los marinos que Salomón envió para buscar oro con el fin de construir el Templo.
2. Los cristianos viejos pensaban que la "perversidad de los indios" les venía de su supuesto origen judío.
3. Igualmente, pensaban que las lenguas indígenas eran derivaciones del hebreo.
4. Por último, y para rizar el rizo, decían que la palabra "indio" escondía, realmente, la palabra "judio". A la observación perspicaz de los cristianos no podía escapársele tal cosa.

Aforema 63

 Mi generación
experta en el arte 
de sentir el amargo sabor de la derrota 
sin haber librado batalla alguna
llegó tarde a todas las citas con la historia 
sin pretextar ninguna disculpa 
inocente de todo y repartiendo 
a diestro y siniestro 
un repertorio infinito de            culpas