All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


martes, 12 de octubre de 2010

CRONOPIO MELANCÓLICO


A medianoche, algunos cronopios se ponen melancólicos y sentandos en el suelo y con la cabeza entre las piernas dicen cosas como: “amo tu ausencia” o “me gusta cuando hablas porque entonces no estás presente”. Después, se dejan llevar por sus propias palabras y se sumergen en un estado de embriaguez mística que preocupa al resto. Como lo cronopios jamás se recriminan cosa alguna, comienzan a hacer gestos que han copiado de las películas mudas de Buster Keaton y Charles Chaplin. Durante un tiempo sólo se oye el sonido del silencio, el ruido que producen los movimientos de las manos y de la cabeza, hasta que el cronopio sale de su estado y los mira y sonríe como siempre, como si no hubiese pasado nada. Se celebra una fiesta a la cual se invita a los famas y a las esperanzas. Los famas llegan a la fiesta preguntando qué ha pasado y pidiendo explicaciones. Es su forma de ser, piensan que el mundo es “fámico o no es”. Las esperanzas siempre ejercen de sí mismas y esperan que la situación se resuelva por sí sola. Saben que en realidad nunca pasa nada, que sólo son palabras y que las palabras son como el humo: se dicen y desaparecen.