All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


sábado, 25 de diciembre de 2021

Aforema 2. Desnudarse y des-dudarse

Aforemas sobre un idiota del siglo XXI

La vida de un idiota (yo) responde al modelo de una espiral cuyo inicio coincide con su final. En él, todo es voluntarismo, es decir, un enmascaramiento de la realidad. Por ello, la vida del idiota es un continuo “volver a empezar”, un intento imposible de volver a la casilla de salida y comenzar de nuevo el juego. El idiota (yo) cree, de un modo ingenuo, que puede desprenderse fácilmente de la carga que le impide realizarse como individuo. Su apariencia no engaña a nadie salvo a sí mismo: es un idealista. Como idiota que soy, he llegado a pensar que es posible “des-dudarse” y he experimentado miles de “comienzos”.  Incluso llegué a pensar que basta desnudarse para “des-dudarse”. Ha aquí una prueba de mi inconsciencia, fruto del encuentro azaroso de mi incombustible vanidad y de una canción:

"Deseo de sentir-te  y deseo de vivir-te. Tristeza: no tener la habilidad suficiente para lograrlo. Quita-te-me la ropa, desnúdame. Quita-te-me la duda, des-dúdame. Si existiese el verbo des-dudar, entonces su conjugación recíproca nos llevaría a decir: yo me des-dudo, tú te des-dudas. Existe el verbo desnudar, más fácil –o no- de conjugar: yo te desnudo, tú me desnudas. Y si nos atreviésemos a conjugarlos al unísono, entonces yo me des-dudaría mientras te desnudo y tú te des- dudarías mientras me desnudas." 

 

 



 

Aforema 1. Presentación.

Aforemas sobre un idiota del siglo XXI

    Soy un idiota (1) entre otros idiotas. No sé, ni me importa, cómo son los otros idiotas, así que aforemitizaré sobre mi propia idiotez. Si alguien se ve reflejado en alguno de los Aforemas que irán componiendo este collage de mi idiotez, mi esfuerzo no habrá sido en vano. Al lector no le pasa desapercibido que estas palabras constituyen uno de los modos en los que se manifiesta la idiotez: suponen, por una parte, que aquí se citará un número indeterminado de lectores y, por otra,  proponen la ilusoria idea de que los Aforemas no está ligados a la banalidad de un modo inexorable. El hecho es que siempre fui un idiota. Lo ignoraba hasta el día de hoy. Y es algo que debo tomar en serio y obrar en consecuencia. Los Aforemas que irán llegando serán el efecto de esta constatación inapelable y la expresión de una experiencia de la reflexividad (2)) de la idiotez (al menos, de la mía).

     (1)Utilizo el término idiota, no en su sentido etimológico, sino en el que se expresa, por ejemplo, en el siguiente texto de Cervantes:

     “No es así como quiera el oficio de alcahuete, que es oficio de discretos y necesarísimo en la república bien ordenada, y que no le debía ejercer sino gente muy bien nacida; y aun había de haber veedor y examinador de los tales, como le hay de los demás oficios, con número deputado y conocido, como corredores de lonja, y desta manera se escusarían muchos males que se causan por andar este oficio y ejercicio entre gente idiota y de poco entendimiento, como son mujercillas de poco más a menos, pajecillos y truhanes de pocos años y de poca experiencia, que, a la más necesaria ocasión y cuando es menester dar una traza que importe, se les yelan las migas entre la boca y la mano, y no saben cuál es su mano derecha”.

     (2) Aunque la idiotez tiene, también, un carácter transitivo, en mi caso me centraré, sobre todo, en su carácter reflexivo: todo lo que hace un idiota (yo) incrementa su grado de idiotez. Sentencia que siempre va acompañada del principio de conservación: la idiotez ni se crea ni se destruye, se transforma.