All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


jueves, 24 de mayo de 2018

Aforema 2259 AMISTAD



Las palabras y las cosas, el lenguaje y los hechos, vocales, consonantes, y más palabras, frases, discursos, libros, bibliotecas, y más allá, o más acá, permanece indiferente el mundo, el universo hecho de tantos fragmentos, de trozos de tiempo quemado, de piedras, de calles, de cuerpos, de sueños, de ideas y pensamientos. Y más allá ese otro orbe, el mundo de los otros, de todos y cada uno de los otros que no son ni tú, amigo mío, ni yo. Y más acá, pero siempre cerca, estamos, tú, amigo mío, mi amigo, y yo, siempre transitando los laberintos de nuestra frágil identidad, reconstruyendo cada día una existencia endeble con fragmentos de sueños que se evaporan al contacto con la realidad, recreando una vida que comienza ya a ser más de renuncias que de conquistas. Y entre lo hallado y lo incierto, amigo mío, nuestra amistad, la mirada amable al anticipar un descalabro, el gesto que capta una disonancia en el devenir de los afectos, una copa improvisada a ritmo de Jazz, de Blues, de Soul, o la libertad de abrir el alma y evitar su caída en los momentos de desconcierto. Amigo mío, mi amigo, desde aquellas experiencias ubicadas en las aristas de nuestras vidas, un sonido se eleva, etéreo hacia el cielo. Nos reconocemos en el espacio diagramado por una voz, una sonrisa o un abrazo. Esos instantes densos en los que la eternidad penetra el presente para evitar someternos a la tiranía del tiempo. Las mil y una variaciones en la melodía, las rupturas, las suturas, los cambios, las improvisaciones, los meandros que describen nuestras vidas no pueden cancelar el valor de nuestro mutuo aprecio, respeto, cariño y devoción.