
When the moon peeks over the mountains
I’ll be on my way.
I’m gonna roam this old highway
Until the break of day.
(Key To The Highway)
El blues nos atrapa
Nos avisa de que el miedo a la existencia es parte del temor a la vida
Y que la muerte no es más que la tristeza elevada a la enésima potencia, el tedio que se enroca ante la amenaza de la alegría y de la dicha.
El blues nos atrapa
Nos inocula el antídoto contra la pereza de un cuerpo demasiado cansado para iniciar la tarea de salvar uno más de los muchos obstáculos que la opacidad de las cosas se inventa para que la línea de la vida sea una hipérbole que surge del bostezo de una divinidad agotada por le persisencia del bluesman en arrancar fragmentos de belleza a las cuerdas de su guitarra.
El blues nos atrapa
El blues tiene garras y fuertes mandíbulas y nos atrapa y nos arrastra y nos levanta y nos eleva hacia la voz arrastrada y al acorde imperfecto de un saxofón o una trompeta que no se rinde a la tiranía de los imperativos de las moralinas de los moralizadores y de las cantinelas de los idólatras iconoclastas.
Nos avisa de que el miedo a la existencia es parte del temor a la vida
Y que la muerte no es más que la tristeza elevada a la enésima potencia, el tedio que se enroca ante la amenaza de la alegría y de la dicha.
El blues nos atrapa
Nos inocula el antídoto contra la pereza de un cuerpo demasiado cansado para iniciar la tarea de salvar uno más de los muchos obstáculos que la opacidad de las cosas se inventa para que la línea de la vida sea una hipérbole que surge del bostezo de una divinidad agotada por le persisencia del bluesman en arrancar fragmentos de belleza a las cuerdas de su guitarra.
El blues nos atrapa
El blues tiene garras y fuertes mandíbulas y nos atrapa y nos arrastra y nos levanta y nos eleva hacia la voz arrastrada y al acorde imperfecto de un saxofón o una trompeta que no se rinde a la tiranía de los imperativos de las moralinas de los moralizadores y de las cantinelas de los idólatras iconoclastas.