Frank Rosenzweig rechazaba el sionismo ya que lo consideraba una derivación secularizadora de la tradición judía, una pérdida de la “esencia judía” en favor de un discurso político que, a su juicio, acabaría por conducir al pueblo judío a una situación extraña de modernización y secularización. De ahí su polémica con Gershom Sholem antes de que éste viajase a Palestina. Mas tarde, Sholem escribe su “confesión”: un acercamiento a las posiciones de Rosenzweig en las que muestra sus dudas con respecto al devenir del sionismo. La “Confesión” reflexiona sobre la lengua hebrea y su utilización por parte del movimiento sionista.
A juicio de Sholem, el sionismo político ha transformado el hebreo minando su dimensión simbólica en beneficio de una concepción puramente utilitarista. La secularización del hebreo supone la pérdida de la última lengua que aún mantiene al hombre en contacto con lo divino. De lo cual se deduce que la lengua hebrea ha perdido su compromiso con la Verdad.
Sholem es sionista, no lo olvidemos. Un sionista cultural que apuesta por un retorno ético del judaísmo y no por una alternativa política. ¿Retorno ético? Sí, recuperación de los valores de un judaísmo en estado progresivo de disolución fruto del proceso asimilacionista derivado de la modernidad.
La secularización dinamita el sentido de una tradición cuya sensibilidad se vincula a la Verdad a través de la lengua. Pero, y Sholem lo sabe, la secularización es inevitable- El triunfo de la modernidad laica es un hecho. También sabe que la deuda está con la Tradición y sus exigencias. La reflexión sobre la identidad judía no puede obviar la Modernidad ni soslayar la Tradición. Sholem es consciente de ello. Fue su presente, su incertidumbre con respecto al futuro del judaísmo.
Más información en el libro de Ricardo Foster:LOS HERMENÉUTAS DE LA NOCHE, "Gershom sholem y la profanación de la lengua". (Trotta, Madrid, 2009)