All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind
No hay que desperdiciar una buena ocasión de quedarse callado (Jorge Drexler: SILENCIO)

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Las utopías de Hitler y la Solución Final


Cuatro fueron las utopías de Hitler en 1941: La victoria relámpago sobre la Unión Soviética, el Plan de Hambre cuyo objetivo era matar de hambre a 30 millones de personas, la Solución Final o exterminio de los judíos y un Generalplan Ost que convertiría a la zona oeste de la Unión Soviética en una colonia Alemana. No hubo guerra relámpago. El Plan se trocó impracticable y Ost debía esperar. El fracaso de la guerra contra los soviéticos no hizo mella en el utopismo hitleriano, sólo le llevó a reformularlo. Para ello contaba con sus acólitos hermenéutas H. Himmler y R. Heydrich. La reformulación de las utopías mencionadas consistió en situar el exterminio de los judíos como el objetivo prioritario del régimen nacionalsocialista, iniciativa que tanto uno como otro supieron interpretar. Ambos entendieron que la guerra se debía convertir, tal y como pregonaba Hitler, en guera contra los judíos.

Himmler y Heydrich asumieron la tarea de eliminar a los judíos. En el verano del 41, el segundo obtuvo la autorización formal de Göring para la Solución Final. La intención de trasladar a todos los judíos al otro lado de los Urales (A. Rosenberg) chocaba con la realidad: Alemanía no había destruido a la Unión Soviética y Stalin seguía controlando la mayoría del territorio. Así, Himmler deconstruyó las utopías hitlerianas para implementar una Solución Final que exigía ir más allá de traslados y deportaciones. El Plan del Hambre le sirvió para configurar las categorías "poblaciones sobrantes" y "bocas inútiles", lo cual le llevó a presentar a los judíos como material excedente cuyas calorías se podrían ahorrar. De la utópica "victoria relámpago" tomó los grupos Einsatzgruppen -cuya tarea había sido matar a las élites soviéticas- para iniciar el exterminio de los judíos. Del Generalplan Ost, cogió los batallones de Policía del Orden y miles de colaboradores locales para los fusilamientos en masa. A finales del 41, la puesta en funcionamiento de estos escuadrones de la muerte, apoyados por la Wehrmacht, habían asesinado a un millón de judíos al este de la línea Mólotov-Ribbentrop.   

En definitiva, Himmler, máximo hermenéuta de las fantasías genocidas de Hitler, radicalizó la Solución Final trasladándola de la posguerra a la propia guerra: del traslado al Este del Este al exterminio físico, comenzado con los fusilamientos en masa de judíos. La guerra se convirtió, repito, en "guerra contra los judíos". En Enero de 1942, en Wannsee, 15 representantes del Reich, liderados por Heydrich, implementaron un plan que ya había madurado en las cabezas de Hitler y Himmler: el exterminio sistemático de 11 millones de judíos. Los fracasos en el frente soviético se convirtieron en la clave para la gestación del plan genocida nazi.

Referencia: Timothy Snyder. TIERRAS DE SANGRE. Europa entre Hitler y Stalin.

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