Propongo tres textos susceptibles de crítica a fin de volver a poner este blog en movimiento tras el "coma" vacacional.
Texto 1. Pertenece al libro de Idith Zertal La nación y la muerte. La Shoá en el discurso y la política de Israel (Gredos, 2010).
"A través de Auschwitz -que se ha convertido en la principal referencia de Israel ante un mundo sistemáticamente definido como antisemita y hostil-, Israel se dota de un aura de sacralidad, la de la víctima final, y se muestra impermeable a la crítica y al diálogo racional con el resto de la comunidad internacional. Además, mientras Israel insiste con razón en el carácter único del exterminio de los judíos en Europa, incluso en una época de genocidios e inmensas catástrofes humanas, el uso sistemático y descontextualiado que ha hecho de ello el Estado de Israel es uno de los principales ejemplos de devaluación de la extraordinaria relevancia y magnitud de la Shoá." (p. 26)
Texto 2. En la página 13 del libro ¿Quién dijo totalitarismo? de Slavoj Zizek encontramos que:
" A lo largo de toda su trayectoria, el "totalitarismo" (el término) ha sido una noción ideológica que ha apuntalado la compleja operación de "inhibir los radicales libres", de garantizar la hegemonía demoliberal; ha permitido descalificar la crítica de izquierda a la democracia liberal como el revés, el "gemelo" de las dictaduras fascistas de derechas...Desde el momento en que uno acepta la noción de "totalitarismo" queda inserto firmemente en el horizonte democrático-liberal...(el totalitarismo) es una especie de subterfugio que, en lugar de permitirnos pensar, y obligarnos a adquirir una nueva visión de la realidad histórica que describe, nos descarga del deber de pensar e, incluso, nos impide activamente que pensemos."
Y por último (de momento), un fragmento del libro de Pio Moa Franco para antifranquistas:
"...el mismo nacionalsocialismo de Hitler tuvo su parte buena: acabo con el paro en Alemania, devolvió a la población la confianza en sí misma, acabó con la inseguridad ciudadana y los choques callejeros característicos de la época anterior, etc., y con todo ello se ganó el apoyo de la moyoría del pueblo...(p. 223)
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