"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se pinta en sus libros es una de las puerilidades que el romanticismo nos ha legado. No es imposible, muy al contrario, que un artista se interese ante todo por los demás, o por su época, o por mitos familiares. Aun cuando se ponga a sí mismo en escena, puede considerarse excepcional que hable de lo que él realmente es. Las obras de un hombre trazan con frecuencia la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia, sobre todo cuando prestenden ser autobiográficas. Ningún hombre se ha atrevido nunca a pintarse tal como es."
Yo que no soy escritor, pues Erato jamás consiguió seducirme, pero que, de vez en cuando, cometo la imprudencia de perturbar el sentido de las cosas con mis absurdas y prescindibles palabras, sé que estas sí que hablan de nostalgias, de inquietudes, de esperanzas, de sueños, de renuncias y de...pero nunca son el espejo del que escribe. Quizás, aproximaciones, imágenes difusas de un rostro que siempre aparece difuminado.
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