Aforema 1112
Escribir es hablar de uno mismo, ciertamente, 
pero, también, traicionarse uno a sí mismo. No hay contradicción alguna 
cuando se realiza esta actividad tan poco natural. Decir, traicionarse, 
no es otra cosa que pretender trasladar al lector la convicción de que 
escribir es desnudarse ante los demás. Normalmente, salvo raras 
excepciones, escribimos vestidos, bien sea con ropa de calle, en pijama 
o, si el calor aprieta, con una camiseta y con, al menos, los calzoncillos
 puestos (o las bragas). No lo voy a negar por ser demasiado evidente: 
uno habla de sí mismo cuando escribe. Pero, también, no habla de sí 
mismo cuando escribe. Más que nuestras creencias, filias o fobias, 
nuestras afirmaciones o negaciones, la escritura muestra, directa o 
indirectamente, nuestras inquietudes. La afirmación o la negación 
siempre es provisional. La inquietud siempre permanece.
1975: David Rohl y la Mandalaband
                      -
                    
Contenido de esta entrada:
Introducción
Primer álbum homónimo
Introducción
En este artículo traemos los comienzos y primer álbum de *Mandalaband*. 
...
Hace 4 horas

