Creer en Dios es creer que todo irá mejor, mañana o pasado mañana...que después de la muerte lo esencial nos será concedido. Ser ateo es lo contrario. Es pensar que mañana nada irá mejor, que nada nos es concedido ni prometido, que todas nuestras esperanzas no desembocan a fin de cuentas más que en la nada...lo que constatamos es la vida tal cual es, y la muerte tal y como se nos presenta....Y, frente a lo peor, intentemos vivir dela mejor manera que seamos capaces. Intentemos alcanzar el mayor grado de felicidad posible, ¡intentemos amar tanto como podamos, intentemos actuar tanto como podamos!
ANDRÉ COMTE-SPONVILLE, La feliz desesperanza, pp. 88-89
CINE / BON JOUR TRISTESSE, DE DURGA CHEW-BOSE
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Versión canadiense de la icónica novela de la escritora francesa Françoise
Sagan que fue llevada al cine anteriormente nada menos que por Otto
Preming...
Hace 11 horas
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