Aforema 1920 Escepticismo 1
No es fácil ser escéptico. Lo intento, pero solo en contadas ocasiones lo consigo. No es fácil dedicar el tiempo suficiente y necesario a observar cuidadosamente una cosa o una idea. Me precipito con facilidad y juzgo con apremio aquello que exige un examen más atento. Ser escéptico exige mucha disciplina, un adiestramiento riguroso en el arte de la observación, un ejercicio continuo de paciencia intelectual y una actitud cautelosa y prudente ante el objeto de estudio. No hay actitud escéptica sin circunspección. Es cierto que el escepticismo ha configurado escuelas filosóficas, pero cuando rebasa el ámbito de ser una actitud ante el mundo, cuando se convierte en doctrina, se contamina de dogmatismo irreflexivo –perdonen el pleonasmo- y se pervierte, es decir, se neutraliza a sí mismo y se transforma en un espejo de aquello a lo que dirige su mirada.