PECIOSOFÍA
Caricaturas hermenéuticas
Y tú ahora me preguntas qué hacer
Y yo, y yo que siempre voy detrás del error
Que canto a lo que nunca tendré
Al beso que ella nunca me dio
Dime tú qué puede saber
Alguien que ha pasado la vida
Buscando la melodía
(Fito y Fitipaldis)
Debería disculparme por hacer lo que hago: escribir textos,
aforemas, pecios, ensayos… ¿Ante quién? Ante los lectores que cometan la
imprudencia de leer aquello que escribo. O no. A nadie obligo y nada los
obliga. Mis palabras se ordenan para configurar una actitud que podría denominar PECIOSOFÍA: filosofía como caricatura. Pues interpretar un texto es
caricaturizarlo: leo, anoto, cito, resumo, selecciono ciertos aspectos y eludo
otros, me centro en la frase o el párrafo que me interesa, fuerzo el sentido y
refuerzo el malentendido, exagero el valor del concepto que cobijo en mi
lectura y minimizo el valor de otro que no encaja en mi puzzle hermenéutico.
Dicho con otras palabras: al igual que ocurre en las caricaturas pictóricas, el
resultado de mis elucubraciones, sin llegar a ser ridículo, sí tiene algo de
cómico*. Y no olvidemos la seriedad humorística que contiene la comedia.
*Del lat. comĭcus, y este del gr. κωμικός