Aforema 817
El gusano invisible (Revisited)
Paco Fernández Mengual
1. Primero: la Eternidad de W. Blake -que tantas veces he repetido-
He who binds himself to a joy / Does the winged life destroy; / He who kisses joy as it flies / Lives in eternity's sun rise
Quien a sí encadenare una alegría / malogrará la vida alada. / Pero quien la alegría besare en su aleteo / vive en el alba de la eternidad (Versión de Marie Montand)
2. Segundo: a propósito de The Sick Rose,
O Rose thou art sick.
The invisible worm,
That flies in the night
In the howling storm:
Has found out thy bed
Of crimson joy:
And his dark secret love
Does thy life destroy.2
(Estás enferma, ¡oh rosa!
El gusano invisible,
que vuela, por la noche,
en el aullar del viento, tu lecho descubrió
de alegría escarlata,
y su amor sombrío y secreto
consume tu vida). (Versión de Marie Montand)
3. Sigo repasando papeles, notas y apuntes. Y encuentro un poema de Charles Baudelaire titulado “La muse malade”. Transcribo, por su semejanza con el de Blake, los primeros versos:
Ma pauvre muse, hélas! Qu’as-tu donc ce matin?
Tes yeux creux sont peuplés de visions nocturnes,
Et je vois tour à tour réfléchis sur ton teint
La folie et l’horreur, froides et taciturnes.
Mi pobre Musa, ¡ah! ¿Qué tienes, pues, esta mañana?
Tus ojos vacíos están colmados de visiones nocturnas,
Y veo una y otra vez reflejados sobre tu tez
La locura y el horror, fríos y taciturnos.
El marco conceptual es bastante parecido al de Blake. La noche es el espacio propicio
para que los espíritus se vean sometido a las más poderosas tentaciones, de las cuales, ni siquiera las rosas o las musas se libran. En otro poema de Baudelaire, llamado “Remords posthume”, aparece la figura del gusano. Aquí también con un sentido negativo, vinculado al remordimiento y a la culpa, a la conciencia. Selecciono el último verso: “Et le ver rongera ta peau comme un remords.” (Y el gusano roerá tu piel como un remordimiento).
4. La rosa, palabras del poeta que no son ya sus sueños, ni el gesto burlón de la insensata prudencia, palabras del poeta que son laberintos inventando el verso. Y en la encrucijada, el instante imprevisto, la contingencia improbable nos arranca una promesa eterna. ¿Cesó el sueño cuando supo que soñaba? Los sueños no mueren, se nutren de la palabra poética de Borges:
La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.”
¿Cómo hablar tras sentir las palabras del poeta?
¿Qué es la rosa?
Debemos guardar silencio.
Se impone la palabra:
“No sé qué es esto.
Es algo que no se ha dicho nunca...
¿Qué es la rosa?
5. Epílogo.
Ah! Nuestras
entrañas,
qué geometrías de lo imposible,
qué sutil mixtura de dolor y sexo,
qué enigmas alberga el corazón para hacer de un instante algo eterno.
Callo, quiero el silencio que mece la palabra poética. La impostura y el desatino revelan
el hecho de haber mezclado mis torpes palabras con las palabras del poeta.