All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


martes, 29 de noviembre de 2011

PARÍS

A Rose in Paris


París es una mujer fatal, tímida y seductora, transparente y misteriosa, hambrienta de felicidad y anudada a su historia, a su arte, a su belleza. París es una mujer fatal, imprevisible como la melodía que inventa una trompeta a ritmo de bebop. París rechaza a los cobardes y a los tímidos que no saben batirse contra las sentencias de lo necesario, contra los dogmas de lo políticamente correcto. París es una ciudad de sombras en la noche y de largos caminos que no retroceden ante la inminencia de un nuevo amanecer. París rechaza a misóginos, misántropos, ególatras, egocéntricos, narcisista...porque en ella, en el asfalto de sus calles y en el olor a café de sus bares, se fragua la certeza de que es inevitable concerderle una nueva oportunidad al amor.

He amado en París como amé París, con la fuerza que nace de la plenitud, con la intensidad que me llevaba a amar la vida que se derramaba en todos y cada uno de los momentos en que estaba cerca de ella, allí en París.

París, la femme fatale, la seductora, lo otro más allá de los hábitos cotidianos y las rutinas de la vida que pasa cuando no pasa nada. París, rebelde contra los escrúpulos de los inhibidos y contra el pudor de los espiritualmente flácidos. 

He amado París como amé en París, a ella, a la ciudad en cuyos labios sólo había felicidad, a ella, en cuyas calles encontré amor, libertad, amistad...

Escribo tu nombre, París, mientras sobre tu piel de asfalto teje su nombre el recuerdo de un beso en Montmartre o la memoria de un abrazo en Saint-Germain-dès-Près. Escribo tu nombre, París...y le echo un pulso al tiempo...estas palabras son mi brazo y mi mano, lo que en París viví es la fuerza con la que intentaré doblegarlo...al tiempo.   

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Negacionismo II: "...el negacionismo es la continuación del genocidio por otros medios..." (E. Roudinesco)

En la década de los ochenta, Noam Chomsky apoyó el negacionismo de Faurisson contribuyendo con un escrito que sirvió de prefacio al libro de este último MÉMOIRE EN DÉFENSE CONTRE CEUX QUI M'ACCUSENT DE FALSIFIER L'HISTOIRE. LA QUESTION DES CHAMBRES À GAZ (La Vieille Taupre, Paris, 1980). Ya en los noventa, el converso al islamismo y exestalinista, Roger Garaudy, publicó LOS MITOS FUNDACIONALES DEL ESTADO DE ISRAEL: un ejemplo que ilustra la alianza entre el antisionismo y el islamismo, entre transfugas de la ultraderecha y de la extrema izquierda. 

NEGACIONISMO Introducción


Unos apuntes sobre el negacionismo: introducción.

El negacionismo no es una revisión de la historia sino un discurso que consiste en negar la existencia del genocidio de los judíos. Lo negacionistas se centran, sobre todo, en poner en duda la existencia de las cámaras de gas. Los movimientos negacionistas se encuentran vinculados a la extrema derecha antisemita, el catolicismo integrista, los grupos paelonazis o neonazis y la extrema izquierda y sus asociados fundamentalistas islámicos.  

La historia del negacionismo comienza en 1948 con Maurice Bardèche, cuñado de Robert Brasillach –antisemita, anticomunista, antisionista y hombre fuerte de Vichy-. El socialista y anarquista, Paul Rassinier, se unió a Bardèche para sostener, paradójicamente, ya que había sido deportado y torturado en Buchenwald (1943), que no había ningún indicio de la existencia de las cámaras de gas. 

El movimiento negacionista se expandió a partir de 1965 cuando Pierre Guillaume fundó la librería La Vieille Taupe. La estrella francesa del negacionismo no fue otro que Robert Faurisson: negó la existencia de las cámaras de gas y emprendió la tarea de demostrar que el DIARIO DE ANA FRANK y TODOS LOS TESTIMONIOS SOBRE LA ACTIVIDAD DE LOS NAZIS EN LOS CAMPOS DE EXTERMINIO no eran sino fruto de la invención.

To be continued.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Israel / Palestina ¿Paz?

GENOCIDIO



En una obra titulada El dominio del Eje en la Europa ocupada (1944), Raphael Lemkin, jurista polaco, utilizó por primera vez el término genocidio para referirse a los crímenes masivos de judíos perpetrados por el gobierno nacionalsocialista alemán. El tribunal de Núremberg no admitió el término en la acusación contra los principales dignatarios nazis (1945) cuando distinguió entre crímenes contra la paz, de guerra y contra la humanidad. En 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos lo admitió como un acto cometido con la intención de destruir totalmente o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, es decir, un crimen contra la humanidad tendente a la aniquilación de un pueblo por parte de un Estado. La ONU sólo ha reconocido cuatro genocidios: el de los armenios, el de los judíos, el de los tutsi de Ruanda y el de los bosnios cometido por los serbios; si bien éste último no lo ha sido desde el punto de vista jurídico.  

Fuente: E. Roudinesco, A vueltas con la cuestión judía. Anagrama, Barcelona, 2011
 

About Raphael Lemkin:

http://www.ushmm.org/genocide/take_action/gallery/portrait/lemkin/

Raphael Lemkin (1900-1959), a Polish Jewish lawyer, dedicated his life to creating legal protections for ethnic, national, religious, and cultural groups.

In his memoirs, Lemkin stated that learning about "contemporary examples of genocide ... such as the slaughter of the Armenians" made him understand "that the diversity of nations, religious groups, and races is essential to civilization." In 1933, he unsuccessfully proposed that the League of Nations create international laws to protect groups.

When the Nazi German army invaded Poland in 1939, he fled to the United States.

Writing that "new conceptions require new terms," Lemkin introduced the word genocide in his book Axis Rule in Occupied Europe (1944). After World War II, he learned that some 40 members of his family, including his parents, had been killed in the Holocaust.

Thereafter, Lemkin focused all his efforts on lobbying for the creation of a convention against genocide at the United Nations.

His efforts culminated in the 1948 UN Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide.

Lemkin committed the rest of his life to urging nations to pass legislation supporting the Convention.
 

martes, 15 de noviembre de 2011

Jung: pronazi, antifreudiano y antisemita.



En 1933 C.G. Jung escribía: "Göring (lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Luftwaffe) es un hombre muy amable y muy razonable, lo cual representa el mejor de los presagios para nuestra colaboración." El célebre psicoanalista-disidente había sido nombrado ese mismo año, tras la dimisión de Ernst Kretschmer, director de la AÄGP (Allgemeine Ärtzliche Gesellschaft für Psychotherapie). En el ejercicio de tal cargo, escribió textos favorables a la Alemania nazi en los que defendía la diferencia entre las razas y las mentalidades, el carácter alemán de sus planteamientos y condenaba las democracias europeas. En una entrevista realizada por Radio-Berlin afirmaba que "El jefe es el portavoz y la encarnación del espíritu nacional. Es la punta de lanza de todo el pueblo en movimiento. El bien de la masa exige siempre un jee, sea cual fuere la forma del Estado.". Armado con un psicología de la diferencia que apuntaba a una psicología de las naciones, no dudaba en clasificar a los judíos en la categoría de los pueblos desarraigados, condenados al peregrinaje y a invadir el universo mental, social y cultural de los no judíos. Jung puso su concepción del psiquismo al servicio del nazismo. En abril de 1934 publicó un artículo pronazi, antifreudiano y antisemita, titulado "Zur gegenwärtigen Lage der Psychotherapie" en el que justificaba el nacionalsocialismo y afirmaba la superioridad del insconsciente ario sobre el inconsciente judío: "El judío...no ha producido jamás y jamás producirá sin duda una cultura original, pues sus instintos y sus dotes exigen para desarrollarse un pueblo anfitrión más o menos civilizado." Jung dimitió de su cargo en 1940. Sufrió una metamorfosis y su antisemitismo se convirtió en sionismo y en germanofobia. Pero esto ya es otra historia.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Czeslaw Milosz Un poema

Czeslaw Milosz, Un cristiano pobre observa el Ghetto

Las abejas erigen alrededor de rojas vísceras,
las hormigas alrededor del negro hueso.
Ha comenzado: el desgarro de las sedas pisoteadas con desprecio.
Ha comenzado: la ruptura del vidrio y la madera, del cobre y el níquel,
de la plata y el estuco, de las láminas de hierro, de las cuerdas del violín,
de las trompetas y el follaje, de las vasijas y cristales.
¡Puf! El fuego resplandece desde los muros amarillos,
abrasa el pelo animal y el cabello humano.

Las abejas erigen sobre el panal de los pulmones,
las hormigas sobre el blanco hueso. Destrozan papel, caucho,
sábanas, cuero, lino, fibras, tejidos, hilos, alambre y forros de sierpe.
El techo y las paredes se derrumban entre llamas
y el fuego consume los cimientos.
Ahora sólo queda la tierra, pedregosa y yerma,
con un solo árbol deshojado.

Lentamente, excavando un túnel, un centinela clandestino se hace paso,
con una pequeña linterna roja atada sobre su frente.
Toca los cuerpos sepultados y los cuenta, avanza,
reconoce las cenizas humanas por su luminoso vaho,
las cenizas de cada hombre distinguibles por la intensidad de sus matices.
Las abejas erigen alrededor de una roja huella.
Las hormigas, en el vacío dejado por mi cuerpo.

Tengo miedo, tanto miedo del centinela clandestino.
Tiene los párpados hinchados, como un Patriarca
que se ha sentado tenazmente a la luz de los cirios
para leer el gran libro de la especie humana.

¿Qué le diré, yo, un judío del Nuevo Testamento,
que ha esperado dos mil años por el regreso de Cristo?
Mi quebrantado cuerpo me llevará hasta sus ojos
y él me contará entre los cómplices de la muerte:
el incircunciso.

martes, 8 de noviembre de 2011

Una nota sobre Sigmund Freud y el judaísmo.


Freud era judío y nunca, jamás, renegó de su judeidad. Ateo y crítico de la religión, tampoco apoyó la causa sionista -simpatizaba con ella pero no compartía sus ideales- y nunca creyó que Palestina pudiera llegar a convertirse en un Estado judío, aunque desde 1925 era miembro del consejo de administración de la Universidad de Jerusalén. En 1934, celebró que el sionismo no fuese un pretexto para resucitar la antigua religión y apostase por un Estado laico. En definitiva, instalado en una cierta ambigüedad, Freud prefería su posición de judío diaspórico, universalista y atea, y veía en el sionismo una utopía peligrosa e, incluso, una patología: una forma de compensar los sentimientos nacionales frustrados por el antisemitismo. Freud siempre reivindicaba su judaísmo cuanto tenía que afrontar el prejuicio antisemita, pero nunca para identificarse con el ideal sionista u otras formas identitarias de carácter nacionalista. La bicefalia diaspórica le resultaba cómoda: ser judio y...otra cosa más: francés, alemán, ingles, etc. Más que el judaísmo o el sionismo, le interesaba confirmar su judeidad: su modo propio, singular y específico de vivir su judaísmo. Quizás su antisionismo fue la causa de que no se crease hasta 1977 una cátedra de psicoanálisis en la Universidad de Jerusalén. No es menos cierto que durante toda su vida estuvo especialmente preocupado por la posibilidad de que el psicoanálisis fuese identificado como una "ciencia judía", cosa que los nazis no tardarón en hacer.

Fuente: E. Roudinesco, A vueltas con la cuestión judía. Anagrama, Barcelona, 2011