All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


jueves, 2 de enero de 2020

Aforema 1015 Desesperanza e incertidumbre


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Aforema 1015  

Desesperanza e incertidumbre

La nueva década me ha sorprendido con un ataque directo a mis entrañas. No a mis entrañas espirituales saturadas de viejos y nuevos fantasmas cada uno de los cuales se arroga el derecho de ser “yo”.


Hablo de mis intestinos, esas vísceras tan sensibles a los cambios dietéticos, que se alteran cuando se ven sometidas a la recepción de alimentos heterogéneos en un espacio corto de tiempo.


El hombre es lo que come, decía el filósofo. ¿En qué nos convertimos cuando somos capaces de ingerir lo que sabemos que va a alterar nuestro aparato digestivo, y no de un modo alegre y festivo, sino doloroso y francamente humillante.


No todo placer es admisible, vuelvo a leer en Epicuro. No todo dolor es evitable.


Hay renuncias que matan y hay otras que al final mueren. La renuncia no implica la resignación, como la desesperanza no se identifica con la desesperación. Una renuncia sin resignación, no estoica, sino más bien, epicúrea, siempre abre una puerta a lo incierto. La desesperanza se proyecta en expectativa, pues un ser desesperado no puede crear nada más allá de los infinitos movimientos de una autocompasión complaciente. Aquí sí, desesperarse es resignarse.


Así, entre lo incierto y la desesperanza, sigo considerando importante la pregunta que formulara uno de los personajes de El cuarteto de Alejandría: ¿Cómo interpretar el silencio que nos rodea?