All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


miércoles, 29 de diciembre de 2021

Aforema 6. Lo efímero (y el amor)

 Aforemas sobre un idiota del siglo XXI

6

 

Dice Ángel González que "Todo amor es efímero". Y lo ilustra con tres versos:
 
Ninguna era tan bella como tú
durante aquel fugaz momento en que te amaba:
mi vida entera.
 
Sin ningún pudor, las palabras que ilustran traicionan aquello que pretenden ilustrar. Quizás no lo traicionan, solo lo traducen. La maestría de Ángel González juega con el tiempo, proyecta en la duración la claridad del instante, la parte se convierte en todo, la fugacidad es una vida, la vida, un instante fugaz en el devenir de las historias; para uno mismo, la vida entera. Quizás (y solo quizás) la apelación al recuerdo o al olvido que seremos, al recuerdo o al olvido de lo vivido, que se ha ido, con el tiempo en que fue vivido, al lugar donde no llegan ya nuestros sueños, nuestros deseos, nuestras ilusiones: una nostalgia, la de aquel momento en el que un instante preciso se convierte en la trama de toda una vida. 
 

 

lunes, 27 de diciembre de 2021

Aforema 5. Lo concreto

 Aforemas sobre un idiota del siglo XXI

5

    Los idiotas (yo) tenemos una cierta tendencia a construir fortificaciones defensivas cuyos materiales son las Grandes Ideas: Libertad, Humanidad, Honestidad, Justicia, etc., para protegernos de las exigencias de lo concreto. Renegamos de los seres que amamos –intelectual o sentimentalmente- porque no responden a los ideales que les hemos estampado -hasta borrarlo- en el rostro. El diagnóstico lo podemos leer en Camus: “On aime l’humanité pour ne pas avoir à aimer les êtres”. Las Grandes Ideas: eternas, inmutables, tiránicas, hieráticas, estáticas...Las Grandes Ideas ajenas a las contingencias del movimiento, del tiempo. Las Grandes Ideas y nosotros tan pequeños, tan idiotas, postrados ante ellas, en patética reverencia. 

 


 

 

 

domingo, 26 de diciembre de 2021

Aforema 4. La estupidez

 

Aforemas sobre un idiota del siglo XXI 

4

El idiota (yo) se mira al espejo y constata una de sus idiosincrasias más significativas: la estupidez. Quizás no sea sino otra de las formas que adopta la idiotez. El idiota (yo) es estúpidamente fetichista, pues no alcanza a entender la evidente distinción que hay entre las palabras y las cosas, entre el lenguaje y los hechos. El idiota (yo) se refugia en las palabras para no hacer frente a los hechos, piensa para evadirse de la acción. El idiota (yo) es un timorato que disfraza de virtudes sus complejos, es un profesional de la comedia, sobre todo cuando se empeña en concebir su vida como una tragedia que magnifica lo negativo y desprecia lo positivo.  

Coda

La cuestión ineludible del idiota: How Could I Be Such a Fool? (Frank Zappa dixit)

 


 

 

 

Aforema 3. La tensión exacerbada

 Aforemas sobre un idiota del siglo XXI

3

    El idiota (yo) es la expresión de la tensión hiperbólica irresoluble entre el pensar y el hacer, la teoría y la praxis, el conocimiento (o la ignorancia de aquel que cree saber lo que no sabe) y la vida, la filosofía (o la ideología –si es que se pueden trazar los límites entre ambas) y la acción. La idiotez no se genera con la tensión, sino con la exacerbación de la misma. La tensión exacerbada se convierte en un instrumento que produce, a su vez, toda suerte de evasivas y subterfugios para enmascarar su origen: la idiotez que intenta encubrir. El idiota (yo) es un pusilánime y un epítome de la impotencia: sufre de vértigo existencial ante los asuntos más nimios de la vida cotidiana, pues no los afronta como lo que son, sino como síntomas o efectos de un deterioro más profundo de sí mismo y de sus relaciones con los demás.