All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


martes, 26 de julio de 2022

Aforema 1612 Samarkanda Revisited

Aforema 1612   Samarkanda Revisited

 Un poema es una grieta abierta en el corazón del lenguaje. Un sentimiento es un accidente de la materia, una dislocación que desestructura la carne. Agrietarse en las palabras y herirse en el alma es el espacio habitado por el poeta, escuchar la llamada del azar y no rendirse a la tiranía de lo necesario es una de las virtudes de la poesía. Amor, dolor, vida -o un beso envuelto con delicadeza en el ritmo que imponen tus versos.

El jazz y la poesía, dos referentes de esa extraña paradoja de la materia llamada vida. El jazz, epítome del ritmo -en ocasiones frenético, en ocasiones pausado, de nuestra cotidianeidad-, el jazz, palabra en laberíntico movimiento hacia un horizonte siempre incierto. La poesía, ritmo del verbo y el sustantivo, swing de adjetivos y pronombres que marcan la distancia entre la inercia de las cosas y la humana necesidad de otorgarles un sentido. 

 

La palabra poética no es el resultado de un sutil razonamiento ni la conclusión de algún silogismo aristotélico. La palabra poética es el signo de una ausencia, del temor y del temblor que nos provoca el vacío. La palabra poética, en su singularidad lineal, refleja la universalidad del sentimiento, del dolor o de la pena. La palabra es el resultado de la constante inquietud instalada en nuestras muchas o pocas certezas, aquella que nos hizo ser expulsados del Paraíso y que jamás nos permitirá volver a él.