As I walk down the street
Seems everyone I meet
Gives me a friendly hello
I guess I'm just a lucky so and so
Seems everyone I meet
Gives me a friendly hello
I guess I'm just a lucky so and so
Siempre quise evitar la idea de
que vivir es componer un puzle sin un modelo que adoptar como referencia. Pasa
el tiempo y las piezas se acumulan y la idea se impone. Si una pieza no encaja,
entonces se lima, se recorta y se adapta. No sabemos de dónde proceden las
piezas y cuál será el resultado final. Insistimos en colocar piezas con la
esperanza de que la composición nos indique hacia dónde nos dirigimos, mas
siempre vivimos en una relación sagital con nosotros mismos. A veces, nos
gustaría que alguien nos ayudase con la pieza siguiente. Pero estamos solo en
este juego de expectativas frustradas que se diluyen en un horizonte definido
por la incertidumbre. Fruto del azar, nacemos desnudos, y cuando creemos que
hemos confeccionado la vestimenta adecuada, constatamos que la imagen que nos
vomita el espejo no se corresponde con la idea que tenemos de nosotros mismos.
La pieza no encaja. Hay que limarla, recortarla y adaptarla. La tarea concluye
el día en que no hay ninguna pieza que colocar. Entonces, uno se muere, sin
darse cuenta, solo. Igual que ha vivido. No obstante, vuelvo a escuchar la
vieja pieza interpretada por enormísimo cronopio, y con él entono el estribillo
que me ayuda a seguir limando-me, recortando-me y adaptando-me: I guess I’m
just a lucky so and so…