All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


miércoles, 1 de abril de 2020

21 MARZO


Día 21 de marzo.
Otro día de encierro.

Nostalgia


Yo fui el primero que pronunció la palabra. La misma que inundó la habitación con la fuerza de las letras que la componen: N-O-S-T-A-L-G-IA. Nostalgia del afuera, del exterior, del ruido de las calles, de los semáforos que detienen a unos y permiten el paso a otros, del tiempo que consumimos en decidir qué ropa ponernos, del encuentro azaroso con un conocido, en definitiva, de todos aquellos actos cotidianos que hasta hace unos días pasaban desapercibidos pues formaban parte de nuestros hábitos y rutinas.

Recordé entonces un breve fragmento del poeta judío Edmond Jabès: “Ella se ha levantado, me ha mirado de hito en hito durante un instante, como si ya no me reconociese, luego se ha ido sin pronunciar palabra alguna”.

Es cierto, ella se marchó, pero, en este caso, sí dijo algo que activó mi confinada mente para invitarme a la reflexión. Unas palabras de la escritora Rosa Montero:   

“La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir. Y el momento justo de la acción es tan confuso, tan resbaladizo y tan efímero que lo desperdicias mirando con aturdimiento alrededor"

Mi primera confinada sensación fue que Las palabras de R. Montero eran una prueba de que el mundo de los juntapalabras se divide en dos categorías: los que saben hacerlo, como ella, y los que lo intentan, como yo, pero no consiguen su propósito.

La nostalgia es una afección que conjuga el tiempo de un modo implacable. Pasado, presente y futuro se dan cita cuando nos invade con su colosal fuerza.

Por una parte, y siempre teniendo en cuenta las palabra de Montero, el pasado: “lo que aún no has vivido”: las vivencias proyectadas, diferidas, posibles unas, imposibles, otras, en todo caso, anheladas, deseadas, soñadas. Quisiera, aquí, introducir un humilde y evidente añadido. Reconozco en la nostalgia la constatación de una "ausencia" que apunta a lo vivido y perdido. Constatación que no puede producirse sino en el presente.

¿Y el futuro? La proyección hacia el futuro que implica el fragmento "la de lo que ya no vas a poder vivir" creo que es lo más significativo y contundente de su enunciado. No se va a poder vivir aquello que se ha perdido y no hay posibilidad que se vuelva a dar, tampoco aquello que no se ha vivido pero que las condiciones y circunstancias físicas, intelectuales, existenciales, etc., no dibujan ya en nuestro horizonte vital.

Finalmente, la segunda parte de la frase es tan evidente que no admite comentarios. Salvo constatar que quizás no reparo-ramos lo suficiente en la tendencia que tengo-tenemos para desperdiciar el tiempo, los momentos o el punto de inflexión para tomar la decisión más acertada según mis-nuestras expectativas, deseos y convicciones.

Y, después, la mirada "aturdida" que me-nos lastra, que nos precipita a la pasividad y la indolencia. ¿Cuántas veces la hemos experimentado? ¿Cuántas veces nos hemos revelado contra nosotros mismo por permitirnos esa mirada?

Coincido con Arnoldo Liberman en que la nostalgia de esencialmente una derrota. La nostalgia es sombra y silencio. No obstante, hay derrotas que se ganan. Yo también soy un nostálgico que se desespera en sus intentos de vivir exento de ese aturdimiento que mina el cuerpo y el alma. Pero la desesperación es un estado provisional -nadie puede vivir desesperado de forma permanente- y superable si atendemos como se merece aquella frase de Nietzsche que en alguna ocasión he mencionado:

Quien tiene un porqué para vivir encontrará siempre el cómo... 


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