Canción de cuna
Me cago en los políticos de hogaño
Como me cagué en los caudillos de antaño
Mandarines carentes de éticas y políticas
Macerados por la inevitable razón de Estado
Renacen como hipóstasis de la inepta nulidad
Que asegura su madurez y su vejez y la vida de sus retoños
Con sueldos vitalicios y prebendas inmerecidas
Socialistas o liberales, extremos a diestra y siniestra
Viven del cuento con la aquiescencia de sus acólitos y sus cómplices
En el jardín de las delicias de la sinvergonzonería llamado Cleptolandia
Y luego a mí me hablan de sacrificios que son más bien sacrilegios
De recortes que son un modo de emprenderla a navajazos con la nómina
Estos liberosocialistas de derecha a izquierda
Merecen que les muerda hasta que se le sequen las venas
Ah! son colegas aquí en Cleptolandia
Así que no me preguntes, amiga mía, dónde está el chorizo
pues son legión y nos joden la vida desde la derecha y desde la izquierda
con sus martillos y sus hoces, con sus palomas y sus libertades
porque son suyas, hasta la de tomarnos el pelo, la sangre, la pasta
y lo poco que queda en la olla
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