All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind
No hay que desperdiciar una buena ocasión de quedarse callado (Jorge Drexler: SILENCIO)

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


sábado, 27 de diciembre de 2025

Le Dancing Pepa Swing Band: Concierto del 21 de diciembre de 2025

 Le Dancing Pepa Swing Band

 Ocurrió el 21 de diciembre de 2025. En La Puerta Falsa de Murcia, mi paredro y yo descubrimos que hay una discontinuidad espaciotemporal que conduce directamente a Congo Square, al Carnegie Hall, al Teatro Apollo o al Ronnie Scott’s. Dicha traslación se produjo por la mediación de una banda de cinco músicos que responde al nombre de Le Dancing Pepa Swing Band: un saxo, un trompeta, un guitarra, un contrabajo y un batería. No eran Louis Armstrong y sus Stars, ni Miles Davies con el cuarteto que produjo Kind of Blue. Ni falta que hace.  

Un repertorio ajustado a los estándares del género en el que no faltaron los clásicos Basin Street Blues y Saint James infirmary y When the Saints Go Marching in, entre otros.

El saxo, líder de la banda, determinaba el orden de ejecución de las diferentes piezas, dominaba la escena y establecía los solos del resto de los músicos. Y, además, cantaba.

El solo del baterista se hizo esperar, al igual que el del contrabajo, pero cuando llegaron fue como un huracán que arrasó con cualquier atisbo de pusilanimidad que pudiese haber en la sala. El talante discreto que habían mostrado durante el concierto, dejó paso a una manifestación sonora producida por unas baquetas que parecían haber cobrado vida y unas cuerdas que nos reconciliaban con la vida.

La sobriedad del guitarrista, con solos discretos y muy bien ejecutados, contrastaba con la incursiones sonoras del trompetista que hizo de la sordina el arma ideal para sacudir nuestra sensibilidad musical.

En definitiva, el concierto de Le Dancing Pepa Swing Band nos hizo pasar un buen rato, bailar en la medida de nuestras posibilidades y disfrutar de la música en un entorno idóneo. 

 

 


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