All we are is dust in the wind

All we are is dust in the wind
No hay que desperdiciar una buena ocasión de quedarse callado (Jorge Drexler: SILENCIO)

A NADIE PRETENDO COMUNICAR CERTEZA ALGUNA. NO LAS TENGO.

A lo sumo alguna conjetura, siempre desde la incertidumbre.

Hace años lo aprendí de Albert Camus. Más tarde, unas palabras de Michel Foucault volvieron a recordármelo: No hay que dejarse seducir por las disyunciones, ni aceptar acríticamente los términos del dilema: o bien se está a favor, o bien se está en contra. Uno puede estar enfrente y de pie.

"La idea de que todo escritor escribe forzosamente sobre sí mismo y se retrata en sus libros es uno de los infantilismos que el romanticismo nos legó...las obras de un hombre trazan a menudo la historia de sus nostalgias o de sus tentaciones, casi nunca su propia historia" (Albert Camus)

http://books.google.es/books?id=GiroehozztMC&pg=PA25&source=gbs_toc_r&cad=4#

PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA. Paco Fernández.


miércoles, 31 de diciembre de 2025

Entusiamo. Aforema 0906

ENTUSIASMO 

 “Aquellos que no se entusiasman con nada se enfrían y comienzan a morirse. Hay que empezar a desear de verdad. Coger la vida con las dos manos para que no se escape, si es que comprendéis lo que os quiero decir. Si no, todo está perdido”.

 No digas noche, Amos Oz

 

"Más de cien palabras, más de cien motivosPara no cortarse de un tajo las venasMás de cien pupilas donde vernos vivosMás de cien mentiras que valen la pena"
 
Más de cien mentiras, Joaquín Sabina 

 

El paso del tiempo mitiga mi capacidad de entusiasmarme con las personas y las cosas. Vivo con cierta nostalgia aquellos días en los que sentía la presencia de los dioses en mi interior, el arrebato cuasi místico que me arrancaba del mundo y, sin abandonarlo, vivía la paradoja de concitar, en un mismo tiempo y lugar, la levedad y la pesantez de la vida, de lo real, de las cosas. Un día me desperté y sufrí el desencanto, constaté la muerte de los dioses, la transformación de la posesión en pulsión, fervor, impulso interior tendente a la exteriorización. Ahora, ya viejo, me esfuerzo por entusiasmarme para no sucumbir al frío de vivir, a la amenaza de la muerte. En ocasiones, me entusiasmo con una idea, un pensamiento, un razonamiento, una persona, una situación, una sonrisa, un gesto, un abrazo, una mirada…me abismo en la voluntad de descongelar mi mundo y sentir, aunque sea solo por un instante, el roce cálido de la vida. 

 


 

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